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    Morning over the bay

    Anclado

    Un hombre armado en una escuela es vencido por el amor de Dios

    por Sam Hine

    viernes, 30 de agosto de 2013

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    • Dairo Osorio

      Buenos días. Reciban muchas bendiciones. Creo que Antoinette recibió la gracia de Dios. Pero para recibirla ella tuvo primero fe en El y el valor para enfrentar la amenaza a pesar de su evidente desventaja. Fue un David ante goliath. Aprendamos que aún hoy suceden, se repiten hechos descritos en la Biblia. Que Dios es fiel, pero somos nosotros quienes lo olvidamos en esos momentos críticos, cuando El quiere ayudarnos. Ojalá tengamos la fe y el valor cuando nos corresponda. Que la gracia de Dios nos cubra a todos.

    • María Luisa Cruz Natareno

      "La palabra suave, calma el enojo" El amor y la empatía, transforma a cualquier persona y mejora toda situación. Gracias por compartir.

    Fácilmente tú podrías haberte perdido la noticia de la semana pasada, sobre Michael Brandon Hill, de veinte años, quien entró en una escuela llena con 870 niños en Decatur, Georgia, armado con un rifle de asalto tipo AK-47 y 500 balas. Después de todo, aunque tiró algunos disparos, no se murió ni hundió nadie y las noticias pronto pasaron a otras cosas. La tragedia se evitó cuando una contadora desarmada de la escuela, Antoinette Tuff, convenció al hombre psicótico dejar sus armas y rendirse.

    ¿Cómo lo pudo hacer ella? “Fue solo Dios”, ella dijo después. “Yo estaba orando, nada más”. Cuando el hombre armado entró, Antoinette, sustituyendo la secretaria por unos minutos, dice que ella recordó el sermón de su pastor el domingo, sobre cómo uno tiene que “anclarse en el Señor”, y “ entendí que esta situación era más grande que yo”.

    Cuando Anderson Cooper de CNN preguntó: “¿Cómo sabías qué decir a él?”, ella respondió, “pues, a decir verdad, yo no sabía. Yo estaba orando nada más… y diciendo ‘Dios, ¿qué digo ahora? ¿Qué hago ahora?’ Yo continué diciendo eso dentro de mi, porque yo sabía que no tenía palabras que decir”.

    “No te vamos a odiar”.

    Dios dio a Antoinette las palabras que ella necesitaba , así como nos promete Jesús: “no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir, porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes” (Mateo 10:19-20). Ella convenció a la policía esperar mientras tenia al hombre armado en conversación. En un momento durante la llamada grabada al servicio 911, ella le dice al hombre: “Todo saldrá bien, querido. Pero solo quiero que sepas que te amo, ¿ok? Y estoy orgullosa de ti. Esa es buena cosa que estás rindiendo y no te preocupes. Todos pasamos por algo en la vida”.

    El hombre había dicho que “no tenía para qué vivir”. Anoinette le contó que ella misma había estado deprimida, y compartió sobre su hijo con múltiples discapacidades y su divorcio reciente después de 33 años de casada. “Yo pensé lo mismo, sabes, yo traté de suicidarme el año pasado después que mi esposo me dejó. Pero mírame ahora. Estoy trabajando todavía y todo está bien”.

    “No fue nadie más que Dios”.

    Tal como otros tiroteos escolares, los debates sobre las faltas del sistema de salud mental; la disponibilidad de las armas; y la vigilancia escolar se harán eternas con poco resultado. Pero esta vez, vislumbramos otra posibilidad. “Amen a sus enemigos”, enseño Jesús, “bendigan a quienes los maldicen, hagan bien a quienes los odian” (Mateo 5:44-45). Este amor dejó que Antoinette, en el momento crítico, vio en un potencial asesino, a otra persona amada por Dios, y le alcanzó con compasión y empatía.

    Antoinette se siente incómoda a ser saludada como héroe: “Le doy todo a Dios, yo no soy la héroe. Me sentía aterrorizada”, ella dijo al entrevistador. Y de hecho, si las cosas hubieran salido de manera diferente, tal vez las noticias la habrían retratado no como un héroe, sino más bien como una fanática religiosa equivocada. Ella no tenía manera de saber si el hombre armado, en lugar de escucharla, la mataría a ella y a docenas de niños. Por supuesto, no hay ninguna garantía que alguien que confía en el amor no-violento que nos propone Jesús, lo que es visto tan absurdo en la actualidad, tendría tan buen resultado. De verdad, eso ha costado las vidas de más que unas cuantas personas. Gracias a Dios Tuff tenía valor para vivir según sus creencias, costara lo que costara.

    La mayoría de nosotros nunca sabremos qué haríamos en tal situación. Pero cada uno podemos ir a trabajar en las mañanas “anclados en el Señor”, rogándole usarnos para traer un poco de su amor y paz a un mundo de desolación y temor. Después de su dura experiencia, Antoinette dijo que esperaba regresar a trabajo al día siguiente, “sentada en la misma silla, bendiciendo la siguiente persona”.

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