Qué precioso sentirse, hermanos, gobernados por Dios, bajo la soberanía de Dios. Así se explica cuando la Sagrada Biblia también dice que no hay potestad que no venga de Dios y que hay que obedecer al poder porque viene de Dios. Pero está diciendo también, que el soberano, el que manda, no tiene que mandar fuera de lo que Dios quiere, y que si una autoridad tiene que ser respetada, es porque refleja la potestad santa de Dios. Cuando la potestad de los hombres se hace abuso contra la Ley de Dios, contra el derecho, la libertad, la dignidad de los hombres, entonces es la hora de gritar como San Pedro también en la Biblia, hay que obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5:29). Toda potestad viene de Dios y por eso el gobernante no puede usar la potestad a su capricho, sino según la voluntad del Señor. Es la providencia de Dios que quiere gobernar los pueblos y los gobernantes son sus ministros, servidores de Dios como todas sus criaturas.

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Luego dice también la Biblia hoy, es un Dios justo. No juzga injustamente (Wis 12:13), su poder es principio de la justicia (Wis 12:16). Miren qué riqueza del concepto de justicia. La justicia es la manifestación del poder, un poder no es verdadero si no es justo. El mismo Dios que puede hacer lo que quiere, no abusa porque no puede abusar, porque es justo, la justicia por excelencia, y el poder de Dios está como iluminado por su justicia infinita. Juzgas con moderación (Wis 12:18); es la serenidad eterna de Dios, no se impacienta, es el Dios que tiene las riendas de todos los pueblos y de todos los hombres. Por eso su justicia es moderada, es una justicia serena y santa.

Y viene otro título en la lectura de hoy: Un Dios misericordioso. Tu soberanía universal te hace perdonar a todos (Wis 12:16). Nos gobiernas con gran indulgencia porque puedes hacer cuánto quieres (Wis 12:18). Queridos hermanos, éste es nuestro Dios. No lo olvidemos, respetémoslo y sepamos que de allí deriva toda la alegría y la confianza de nuestra fe. Ojalá siempre que ese Dios que nos vino a revelar Jesucristo como Padre, como Providencia, como bondad, nos robe el corazón y le sirvamos no por temor, sino por amor.

-23 de julio de 1978