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    Mary Anoints Jesus by Ilyas Basim Khuri Bazzi Rahib

    El frasco de alabastro

    por Ernesto Cardenal

    miércoles, 02 de marzo de 2022
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    • Elena

      Cuando hagan comentarios , sobre Jesús. Por favor no usar malas palabras preferible no hagan comentarios mejor quédense con la boca cerrada.

    El lugar es Solentiname, un archipiélago en el Lago Nicaragua; el escenario, un servicio dominical campesino a mediados de los años 70. Padre Cardenal no cree en sermones, sino que trae vivo el evangelio, dirigiendo a su congregación con diálogos semanales como éste, basado en Mateo 26:6-10:

    Fue en Betania. Cuando estaban sentados a la mesa, una muchacha se acercó y le echo perfume sobre la cabeza.

    Cuando los discípulos vieron esto, se enojaron y comenzaron a decir: ¿Para que este desperdicio? Esto pudo haberse vendido por mucho dinero para ayudar a los pobres.

    William: Tal vez pensarían que lo estaba enamorando.

    Oscar: Si se hubiera vendido solo hubiera alcanzado para un número pequeño de pobres, y los pobres del mundo son innumerables. En cambio al ofrecerlo a Jesús se le daba en su persona a todos los pobres. Eso hada ver que era Jesús, en quien nosotros creemos. Y el creer en Jesús hace que nosotros nos preocupemos por los demás, y hasta que lleguemos a crear una sociedad en que no haiga pobres. Porque si somos cristianos no deben haber pobres.

    Yo: Juan al relatar esto dice que el que hada la critica era Judas, y dice que Judas lo dijo porque él era el que guardaba el dinero y era «ladrón». Y agrega además que Judas calculo que valía como 300 denarios (que son como 1.000 pesos).

    Olivia: Pareciera que el que dijo eso lo dijo de buen corazón, pero era por hipocresía, porque ni lo iba a dar a los pobres. Como pasa ahora, ¡cuánta abundancia de cosas no hay!, y los pobres ni huelen nada.

    Jesús también era pobre, y el también merecía que se le echara el perfume.

    William: En realidad todo habla que darlo a los pobres, no solo ese perfume, así que no había por que criticarla.

    Una muchacha (Gloria): A lo mejor si se hubiera echado el perfume ella misma no la hubieran criticado.

    Teresita: Posiblemente él le había hecho algún favor a ella, algún milagro, y ella no encontró otra forma de agradecimiento que perfumándolo.

    Yo: Parece que esta muchacha, a la que Juan en su versión llama Maria, es la misma Maria Magdalena, de la que Jesús echó siete demonios.

    Un joven (Alejandro): Prostituta cara parece que era, de las caras.

    William: Sí, porque llevaba un frasco finísimo.

    Alejandro: Posiblemente ella vio que era una esclava, una explotada, y vio en el su liberación.

    Teresita, la esposa de William: ¿Pero por qué tiene que haber sido una burguesa? Puede haber sido una prostituta pobre, que vivía de eso.

    William: Pero es que ese perfume... Y el frasco. ¡El frasco de alabastro!

    Mary Anoints Jesus by Ilyas Basim Khuri Bazzi Rahib

    María unge a Jesús, Ilyas Basim Khuri Bazzi Rahib, 1684. Wikimedia Commons 

    Digo yo: El frasco de alabastro estaba sellado, y había que romperlo para usar el perfume. El perfume sólo se podía usar una sola vez. Y el evangelio cuenta que toda la casa se llenó con el perfume de nardo. Se cree que el nardo era un ungüento que venía de la India.

    Teresita: Tal vez un contrabandista le pagó con eso.

    Dice la María: Jesús también era pobre, y el también merecía que se le echara el perfume.

    Digo yo: Y más que pobre, pues lo iban a matar a los dos días. En el pasaje anterior ha dicho Jesús que faltaban dos días para la pascua. Yen el pasaje siguiente se cuenta que Judas se fue de allí a hacer el trato para venderlo.

    Dice un estudiante de Managua: La Magdalena estaba acostumbrada a esa vida de perfumes, y cosas así, y ella agradece así según su manera de vivir. Ella está acostumbrada a una vida de perfumes, de joyas, de bacanales. Y ella le echa perfume porque esa es la vida que llevaba, ella cree que eso es lógico.

    William: Ella está acostumbrada a derrochar todo con el que ama. Y no tiene esa mentalidad económica de los otros. Ella allí lo derrocha. Y no está haciendo cálculos económicos, como Judas.

    Donald: La crítica debe haber sido porque ese perfume era uno de los más caros, pero para ella aún era barato para gastarlo en Jesús, por lo que Jesús había hecho con ella más antes. Todavía no le pagaba pero ni la cuarta parte de lo que ella le debía a él.

    Dice Jose, el esposo de la María, que trabaja en el Banco de San Carlos: Pero Jesús no se ha olvidado de los pobres, porque fijémonos que en el siguiente versículo él dice que a los pobres siempre los tendrán entre ellos. Quiere decir que si quieren ayudar a los pobres podrán estarles ayudando mucho, después. Después tendrán la oportunidad de dado todo a los pobres.

    Jesús Jo oyó y les dijo: ¿Por qué molestan a esta mujer? Esto que me ha hecho es una cosa buena. Pues a los pobres los tendrán siempre entre ustedes, pero a mí no siempre me van a tener.

    Bosco: Está jodido eso.

    Mientras haya pobres, no nos apartaremos de ellos. Porque la comunidad cristiana debe estar con los pobres.

    Laureano: Una respuesta bastante floja esa porque decir que los pobres siempre los van a tener es bastante pendejo.

    Yo: ¿Pero no es cierto que siempre los hemos tenido?

    Contesta Laureano: Pero siempre no se van a tener.

    William: Esta es una frase que mucho la han usado los reaccionarios para decir que siempre tendrá que haber pobres, porque Cristo lo dijo. Que el mundo no se puede cambiar, porque según Jesús siempre tendrá que haber ricos y pobres.

    Yo: No dice que siempre habrá pobres. Volvamos a leer.

    Lee una jovencita (Myriam): «A los pobres los tendrán siempre entre ustedes».

    William: ¿Yel siempre? ¿Cómo debemos interpretar ese siempre?

    Yo: Muy sencillo: Mientras haya pobres, siempre estarán entre nosotros, no nos apartaremos de ellos. Porque la comunidad cristiana debe estar con los pobres.

    William: Pero ahí está el siempre. ¿Siempre va a haber pobres entonces? Eso es lo que me preocupa.

    Yo: Dice que nunca van a estar separados de los pobres. Eso no es lo mismo que decir que nunca va a dejar de haber pobres. Mientras haya pobres, siempre los van a tener al lado, y entre ellos.

    Tomas Peña: Cuando ya no haiga pobres ya no.

    Estudiante: ¡Ah ya veo! Él dice «entre ustedes». Se está refiriendo a ellos, a sus discípulos, pero eso no quiere decir de que nunca dejara de haber pobres, no está hablando a toda la humanidad.

    Laureano: Pues sí, era a los discípulos a los que estaba diciendo eso. Los discípulos siempre tienen que estar entre los pobres, no podían estar entre los ricos.

    Tomas Peña: Hay muchas maneras de ser pobre: un pobre puede ser uno al que le falta un brazo; un pobre es uno que nació dundo; o un niño moto, sin padres. Estos estarán dentro de la comunidad. Siempre habrán gente así necesitadas pero naturalmente que si somos cristianos no serán pobres, si están entre nosotros, es decir no los dejaremos perecer.

    Natalia: Como ha sucedido en Cuba, donde se trata con inmenso cariño a los niños motos; los locos; los viejitos; los tullidos; las viudas. Todos son socorridos.

    Olivia: También puede ser que les estuviera diciendo más bien, me parece a mí, que no iba a haber ricos, que todos debían hacerse pobres. Que solo debe haber pobres. Eso es lo que pretende el socialismo. La revolución no es para hacernos ricos a todos sino para que todos seamos pobres, para que alcance para todos. No pobres calamitosos, sino pobres cómodos, decentes, aseados, con medicinas, con dignidad humana.

    Estudiante: ¿O será que como siempre habrá progreso, siempre habrán nuevas necesidades y siempre habrán gentes que están necesitadas? Esos sedan los pobres...

    Yo: Eso es lo que dicen los reaccionarios. Que aunque haya mucho progreso en la humanidad, siempre habrá una diferencia entre ricos y pobres. Que nunca habrá una sociedad perfecta, una sociedad toda igual.

    Felipe: Parece que si las cosas están bien repartidas no puede haber ricos, entonces ya todo mundo es pobre.

    Digo yo: Jesús se está refiriendo a los mendigos. Es para los mendigos que según Judas había que vender el perfume. Y me parece que no es esa una buena profecía de Jesús, y que contradice su anuncio del Reino de Dios el decir que siempre tendríamos mendigos con nosotros. Creo que lo que él está diciendo es que él se aleja, pero que en vez de él quedan los pobres. Lo que esa mujer estaba haciendo con el habría que hacerlo después con los pobres, porque el ya no iba a estar, o mejor dicho su presencia la íbamos a tener en los pobres. ¿Pero será para siempre que él no iba a estar? El evangelio habla de una segunda venida. Él se iba, y volvía.

    Felipe: Cuando haya esa sociedad que se sueña es que ya el habrá vuelto, y lo tendremos a él, y no habrá pobres.

    Continuo yo: Huérfanos desamparados, personas que tengan que pedir limosna, o que duerman bajo un árbol, o mueran en las calles como mueren los tuberculosos en Managua, es lo que ya no va a existir cuando el venga. Personas para las que uno deba vender un frasco de perfume si lo tiene. Todo esto aún ahora ya ha desaparecido en Cuba, y en todos los demás países socialistas. Lo que dicen los partidarios de la desigualdad del capitalismo, que siempre habrá pobres, ya ha dejado de ser cierto en los países socialistas.

    Elbis: Entonces ya no habrá necesidad de vender ningún frasco de perfume, y se pueden usar esos perfumes, como aquel frasco de alabastro, si es que se considera de utilidad usar esos perfumes.

    Myriam: Y derramar un perfume para cualquier persona será igual que derramarlo para Cristo.

    Yo: Se les puede responder pues a estos que defienden la desigualdad: siempre habrá pobres, mientras no esté Jesús. Pero cuando solo haya igualdad y justicia, y no haya marginados ni mendigos, Jesús estará de nuevo con nosotros.

    William: Este pasaje también ha servido para justificar el derroche de lujo en las iglesias. Porque Jesús aceptó que se derramara en su persona. Pero aquí mismo dice que después habría que hacer eso con los pobres, no se le podría hacer a él en las iglesias porque el ya no iba a estar personalmente con nosotros.

    Óscar: ¿No iba a estar personalmente con nosotros? Iba a estar personalmente, pero en los otros.

    Olivia: Lo que hizo esa mujer fue una lección para nosotros, y un recuerdo, para que eso que se gasta en grandes templones que no sirven para nada, pues que más bien se gaste en la gente, en los pobres que el dejó. Ahora sí hay que darlo a los pobres, porque a los pobres los tenemos presentes. Ella lo que tenía presente era a Jesús, la persona de él; ahora también lo tenemos presente pero en los pobres.

    Felipe: Los que ahora quieren que se derroche en los templos y no en los pobres están repitiendo lo de Judas que se oponía a que se derrochara en Jesús. Judas lo hacía porque quería coger el dinero, y los que ahora quieren que se derroche en los templos es por la misma razón, porque ellos viven de ese dinero. Son ladrones.

    William: Lo que les está queriendo decir es que se fijan en una tontera, y no se fijan en todo el perfume que se ha derramado en otras babosadas.

    Yo: Y que van a seguir teniendo pobres. Y además, no van a hacer nada por ellos.

    William: Les está diciendo que por los pobres no se hace ni mierda.

    Ella miró a Jesús, lo miró más humilde que ella, y más merecedor de usar ese olor, y perfumó a Jesús. Me parece que ella pensaba darse toda con ese perfume.

    Olivia: También yo miro allí en esa actitud de la mujer el cambio que ha tenido ella. Me parece que esa mujer es lo más valioso que ha encontrado ella en sus haberes, ese alabastro. Ella ha cambiado de actitud, y desde ese día comienza a amar, y se ha despojado de lo mejor que tiene. Me parece que también es una lección muy buena para la burguesía; porque los pobres no tienen nada que dar, sólo amor; pero para los que tienen, es una enseñanza muy grande la de Magdalena, de despojarse de lo que tienen, y que es de balde estar golpeándose el pecho y estar dando limosnales para una iglesia, y no dar a los pobres lo que tienen. Ella miró a Jesús, lo miró más humilde que ella, y más merecedor de usar ese alabastro, ese olor, y perfumó a Jesús. Me parece que ella pensaba darse toda con ese perfume. Ella lo miraba además: Jesús andaba como pobre, como un proletario, porque nunca estaba en unas grandes casas con vestidos caros ni nada; entonces ella lo miraba con aquella sencillez y aquella humildad, y que merecía darle lo mejor.

    Contribuido por ErnestoCardenal Ernesto Cardenal

    Ernesto Cardenal se ubica entre los más importantes poetas hispanoamericanas de la segunda mitad del siglo XX. Fue teólogo de la liberación y autor de varios libros.

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