a yellow zinnia

Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 2 Corintios 4:8-10

Señor Dios, te agradecemos por tu voz, aun cuando sea severa y debamos pasar dificultades y sufrimientos. Tu voz nos habla y en ella podemos encontrar alegría y victoria para nuestras vidas en la tierra. Ven a nuestras vidas, que cada uno de nosotros reconozca que todo lo que hemos vivido ha sido para bien. Sé el Dios y Señor de todas las naciones, sé un refugio para todos los pueblos. Haz que el pecado y la angustia de este tiempo aterrador pasen muy pronto, para que escuchemos tus palabras: «Ánimo, vendré pronto. Todas las desgracias pasarán. Mi voluntad se está cumpliendo. Mi nombre debe ser honrado. Mi reino y soberanía ya vienen. Así que anímate y en todo momento espera en tu Dios y Padre celestial». Amén.