Spotted Feather

A mi entender, Dios no quiere que finjamos en cuanto al miedo—que lo neguemos o le quitemos toda sustancia. El miedo nos recuerda que somos criaturas frágiles, vulnerables, completamente dependientes de Dios. Pero no debe dominarnos, gobernarnos, determinarnos. Más bien, el miedo debe someterse a la fe y al amor. De lo contrario, puede volvernos incrédulos, serviles e inhumanos.Conozco bien ese conflicto: contener mi temor, rechazar su férula, reconocer que el temor sólo tiene en cuenta las apariencias, mientras que la fe y el amor miran la esencia, la realidad, la jurisdicción de Dios, y nos conjuran, por decirlo así, con un: «¡Cobrad ánimo; yo soy, no temáis!»


Fuente: En busca de paz