lit yellow candel

No podemos ser nuestros propios dueños. Somos propiedad de Dios por obra de la creación, de la redención, de la regeneración. Él tiene un derecho triple sobre nosotros. ¿Acaso nuestra felicidad no implica considerar el asunto? ¿Acaso significa algún tipo de felicidad, o algún tipo de consuelo, considerar que somos nuestros dueños? Puede que los jóvenes y los prósperos así lo crean… Pero, a medida que pasa el tiempo, ellos, al igual que todos los hombres, descubrirán que la independencia no fue hecha para el hombre, que es un estado antinatural [que] puede servir por un tiempo, pero que no nos conducirá con seguridad hasta el final. No, somos criaturas; y, en tanto tales, tenemos dos deberes: ser resignados y agradecidos.