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CajaCafeína para la consciencia
Cristo murió para evadir el poder, mientras los seres humanos viven para desplegarlo. El poder es la trampa más grande de todas. ¡Cuán terrible es el poder en todas sus manifestaciones – la voz alzada para dar un mando, la mano extendida para agarrar, los ojos ardientes de deseo! Mejor sería repartir el dinero, disolver las organizaciones, acostarse separados los cuerpos. No hay paz ninguna, si no es en alzar la vista por encima del tiempo hacia el más allá – como el que desde la cima de una montaña observa un paisaje lejano.
Fuente: En busca de paz