bfly5

Sí, necesitamos una nueva reforma, pero hemos aprendido que el primer paso es dejar de esperar que comience en otros. En lugar de criticar a otros debemos plantearnos preguntas a nosotros mismos. Debemos estar dispuestos y listos a ofrecer respuestas, pero solamente una vez que hayamos escuchado las preguntas. Y mucho más importante, debemos permitir que Dios interfiera en nuestra agenda, interrumpa nuestros planes, y nos guíe de regreso a su jardín. Que tenga gracia y misericordia y traiga la reforma que necesitamos, empezando por donde estamos.


Fuente: Una iglesia no planeada