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Los pobres son bienaventurados, no porque son pobres y como tales justos, sino porque el Reino de Dios ya es, aquí y ahora, de ellos. No son los sujetos del Reino, puesto que el Reyes Dios, pero Dios les ha dado parte en su Reino por medio de Jesucristo. El Reino de Dios pertenece a los pobres porque Cristo está en medio de ellos derramando sobre ellos las bendiciones de su Reino. La nueva era anunciada por los profetas ha llegado y está manifestándose entre los pobres. La razón de su alegría no es su condición material ni sus propios méritos, sino la preocupación que Jesús tiene por ellos.


Fuente: Misión integral: Ensayos sobre el Reino y la iglesia