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CajaCafeína para la consciencia
Soy un Ministro de esa Iglesia de la reconciliación. A este propósito me alegró mucho una sugerencia que me llegó: la Iglesia no solo debe denunciar sino que debe de anunciar también una esperanza. Y me gustaría como una esperanza la coincidencia con otras opiniones, la opinión de la Iglesia. Y es, por tanto, la necesidad de abrir a un diálogo sincero, las diversas opiniones. Yo invito pues, a que no se piense que la única solución es la violencia. Por eso hago un llamamiento al diálogo sincero, a la reconciliación en nombre de Dios.
Fuente: Reconcíliense con Dios