Flint pebble

Si deseamos hacer un relato honesto de nosotros, debemos comenzar por nuestra debilidad y nuestra fragilidad. No podemos diseñar nuestra política ni nuestra sociedad para servir a una persona totalmente independiente y autónoma que nunca ha existido y nunca existirá. Repetir esa mentira nos dejará despojados: primero, de la compasión de nuestros amigos cuando nuestra debilidad física rompa la promesa implícita que nadie puede cumplir; y, segundo, de la esperanza, cuando nuestra debilidad moral nos guíe, como al hijo pródigo, a correr a los brazos del Padre que se mantiene fiel. Nuestra política actual solo puede ser desafiada por un antiliberalismo que celebre a los débiles y centre sus políticas en sus necesidades y en su dignidad.


Fuente: Dependencia