Los textos del Nuevo Testamento han sido considerados escritura sagrada por los últimos dieciocho siglos, lo que puede conferirles un halo místico. Como resultado de eso, es sencillo perder la noción de cuán radicales son desde un punto de vista económico. Muchos lectores cristianos tienden a acercarse a ellos no de un modo renovado, sino con las voces de los teólogos que vinieron después susurrándoles en el oído, ofreciendo las confirmaciones acerca de que las palabras referidas al dinero realmente no significan lo que dicen. Por lo tanto, vale la pena recordarnos cuán insistentemente y a menudo el Nuevo Testamento recalca su mensaje contrario a la riqueza.


Fuente: “El otro lado del ojo de la aguja