yellow straw star and white pine

La Luz que se encendió en Belén es la luz de la Presencia Divina entre los hombres. La conjunción de astros y la aparición de la estrella nueva, que anunciaron el Advenimiento, no eran más que su cósmica representación, su símbolo celeste. La verdadera luz era la que entraba en el mundo cuando en Él hacían conjunción lo divino y lo humano, lo eterno y lo temporal. Cuando la invisible gloria de la Deidad, “llena de gracias y de verdad”, se hacía visible en la carne atormentada de los hombres, y amanecía para el mundo la alborada de una vida nueva. 


Fuente: Las manos de Cristo