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CajaCafeína para la consciencia
La encarnación, desde el pesebre hasta la cruz, es completamente lo opuesto de nuestros deseos. Desafía nuestra lógica y expone nuestra santurronería y quebrantamiento. Revela cuán obsesionados estamos con nosotros mismos. Sabemos en el corazón que nuestro final merecido es el infierno, exilio del Jardín. Pero las buenas nuevas son que esto es precisamente donde Dios nos encuentra. Dios mora en los lugares desolados de nuestras vidas. Su propósito es vencer cada infierno, no por fuerza externa de su voluntad sino desde lo interior, por medio del amor.
Fuente: El Dios que desciende