two orange straw stars and white pine

Como cristianos no debemos pensar únicamente en nuestros tronos y calles doradas del cielo, sino también en los tugurios y guetos que atrofian al alma, no sólo en los caminos por los que corren «torrentes de leche y miel», sino también en los millones de hombres, mujeres y niños que por toda la tierra se acuestan en la noche sin haber saciado su hambre. Toda religión que se preocupa solamente por las almas de los hombres, y no por las condiciones sociales causantes de la corrupción y por las condiciones económicas que paralizan el alma, es una religión moribunda que necesita una transfusión de sangre nueva.