Trocmé tuvo una niñez privilegiada y a edad temprana, llegó a una fuerte fe personal que le acompañó a lo largo de su vida. Lo que vio de la injusticia e insensatez de la guerra durante la Primera Guerra Mundial, le convenció de que el único camino cristiano fue una vida de no-violencia. Trocmé fue amenazado, aprehendido, y obligado a esconderse por causa de su desobediencia civil, pero el escudo de resistencia llevado por los aldeanos en la cercanía alcanzó a salvar las vidas de casi 2500 judíos y otros refugiados. Después de la Segunda Guerra Mundial, Trocmé llegó a ser un portavoz importante en pro del pacifismo y la reconciliación, trabajando por la paz en Argelia y Marruecos y sirviendo como el Secretario del Movimiento Internacional de Reconciliación por doce años. Escribió dos libros, The Politics of Repentance (La política del arrepentimiento) y Jesus and the Nonviolent Revolution (Jesús y la revolución no violenta).