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Hace unos días mis amados padres celebraron su aniversario de bodas número sesenta y cinco. Tantos años unidos en matrimonio, no es nada menos que un milagro. Pensábamos que papá no viviría para ver este día, pues semanas antes, a sus 88 años, su corazón estaba declinando rápidamente. Pero evidentemente; Dios nos conoce y tiene cuenta de nuestros días.
Un par de semanas antes del aniversario, mi esposo Mark y yo viajamos a Inglaterra para visitar a mis padres, y ciertamente mi papá estaba muy débil, en la cama y casi sin poder comer ni hablar; pensamos que este sería el último adiós. Sin embargo, él estaba muy en paz, alegre y lúcido, esperando ser llamado al más allá. A su lado estaba mi querida madre, de 85 años, quien sigue activa y cuidando de él, con el apoyo de otros, incluyendo algunos nietos y bisnietos.
Durante los diez días que estuvimos con ellos, celebramos la alegría de vivir, y mi papá desafiando las probabilidades, parecía ganar fuerza día a día. Finalmente, el 22 de mayo, llegó la hora de volver a casa y dejar a mis padres. El día comenzó con un desayuno de despedida, papá estaba sentado a la mesa disfrutando de nosotros y la comida. Antes de salir rumbo al aeropuerto, nos dimos un último abrazo – por supuesto, hubo lágrimas en los ojos, pero así mismo, una profunda alegría de verlos en paz, rodeados de amor y cuidado.
Mark y yo estábamos viajando justo el día de nuestro aniversario de boda número treinta y seis. Acontecimiento que habíamos estado esperando con gran anticipación, pues hace algunos meses, Mark fue operado de un cáncer agresivo, y siendo que este podría ser nuestro último aniversario juntos, queríamos pasar el día con la familia y amigos. Jamás imaginamos estar viajando este día. No obstante, las nubes tienen su lado brillante, aun estando encima de ellas. Viajando a casa en un Jumbo de Virgin Atlantic, terminamos celebrando nuestro aniversario de una manera muy singular y disfrutando ese día; cinco horas extra, gracias al cambio de zona horaria. Para la ocasión portábamos corazones rojos, anunciando: "Casados 36 años".
Cuando entramos en la terminal aérea Heathrow, nos asombramos por tantas sonrisas y gestos de aprobación que recibimos mientras caminábamos hacia el mostrador de la aerolínea. Algunos compañeros de viaje nos felicitaron con un afectuoso apretón de mano, y mientras nos registrábamos, el personal de la aerolínea sonreía con nosotros. El reconocimiento de nuestro aniversario continuó en un restorán del aeropuerto durante el almuerzo, y después a donde quiera que íbamos dentro de la terminal. Al abordar el avión la tripulación nos dio una bienvenida especial y durante el vuelo nos ayudaron a celebrar, inclusive nos agasajaron con champán.
Poco después de despegar, no funcionaba muy bien el sistema de entretenimiento, y siendo que traíamos nuestros violines (Mark y yo tocamos y enseñamos violín), le dijimos al jefe de sobre cargo que nos encantaría tocar en vivo para todos pasajeros del avión. Nos dio las gracias y dijo que lo iba a “tener en cuenta”. Durante el vuelo tuvimos importantes encuentros con pasajeros y tripulación, lo cual nos hizo recordar que toda persona, sin importar origen, desea que las relaciones estén basadas en la fidelidad y el compromiso.
Casi al final del vuelo el jefe de sobre cargo regresó y nos preguntó qué si nos gustaría tocar para los pasajeros saliendo del avión, aceptamos con gusto y antes de aterrizar, él anunció: "Tenemos una pareja a bordo que hoy están celebrando su aniversario de boda número 36. Ellos son profesores de violín y desean tocar para todos ustedes al salir del avión".
Y ahí estábamos, tocando sencillas melodías populares, en armonía-de dos, mientras tanto un flujo interminable de pasajeros desfilando ante nosotros. La mayoría irrumpió sonriendo espontáneamente, y fue muy reconfortante para nosotros intercambiar saludos, aun cuando sólo podíamos responder con la mirada, una sonrisa y nuestra música.
En este tiempo de comunicación electrónica aislante, haber experimentado la simple alegría resultado del contacto humana; fue para nosotros el regalo más especial ese día. Por supuesto, Mark y yo no sabemos si llenamos de felicidad o dolor el corazón de cada persona que conocimos en nuestro aniversario, pero pedimos y esperamos que los momentos de "comunión" con otras personas durante nuestro vuelo los haya alentado. Nosotros confiamos que así fue.
Hoy damos gracias a Dios por el regalo del amor y la unión de nuestros corazones hace treinta y seis años, y de mis padres hace sesenta y cinco años. Agradecemos también, que fue posible compartir ese regalo con otros, de una manera que nunca habíamos imaginado.

Ver�nica heredia
Q' hermoso todo esto verdad??? Yo soy de Argentina Cordoba y estoy feliz xq stoy en pareja con mi marido. Este 24/11/2013 voy a cumplir 15a�os estando con el. El se�or nos regalo 2hijos varones bellos uno tiene 11a�os y el otro 9meces. Le sido al se�or la bendici�n de alg�n dia casarme con el y llegar juntos los 2viejos como dijimos cuando nos pusimos de novios
jureme
en los corazones donde Dios mora la felicidad abunda y es contagia el entorno puesto que jesus es la luz y donde el esta la claridad se vislumbra.
Luis E.Villahermosa-Lorenzo
!Saludos! desde mis 42 años de matrimonio,entre luces y sombras(mas luces que sombras)caminando juntos hasta el encuentro con El Padre y orando con profunda Fe,Gracias Señor porque manifiestas tu presencia entre nosotros.! La Paz Contigo...Y con los tuyos !
César Augusto Salazar Antón
xq todo el q es nacido de Dios, sabe amar y tiene amor, y vence al mundo xq tiene sabiduria de Dios.
rolando ramirez dominguez
una historia muy alagadora m encanto
Filiberto Bobadilla
Es una historia conmovedora que nos deja una enseñanza que no deberíamos olvidar, el ser AGRADECIDOS, ante todo a DIOS, y por ende a los hijos de nuestro PADRE, los hombres...
Luis Vedrein, Rodríguez
Pido a Dios mil bendiciones y que les de muchas felicidades. Urraaaaaa.-
yngrid marita solis neyra
Es una historia muy bonita ,ya que hoy en día los matrimonios duran muy poco.