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Un llamado al examen de conciencia
Respuesta a la masacre de la escuela primaria en Newtown Connecticut, 12/14/12
por Johann Christoph Arnold
miércoles, 19 de diciembre de 2012
El original en ingles fue publicado el sábado, 15 de diciembre 2012.
27 personas, de las cuales 20 eran niños; hoy están muertas en Newtown, Connecticut, Estados Unidos. Este es el encabezado que nos vocifera desde todas las pantallas y estaciones de radio. No ha habido nunca un tiroteo que haya ocurrido tan cerca de mí como éste; escuela a la que asisten los hijos de uno de mis parientes. No hay palabras que puedan describir el horror de esta masacre, sin embargo, estoy seguro de que esta tragedia sin sentido ocupa el pensamiento y las oraciones de nuestra nación entera.
No obstante, necesitamos hacer un serio examen de conciencia; lo debemos hacer para las víctimas y a sus familias. ¿Por qué siguen ocurriendo tiroteos como éste en las escuelas? ¿Qué podemos hacer para proteger mejor la vida de los millones de niños inocentes que asisten a la escuela todos los días? Y lo más importante, ¿Cómo podemos invitar a Dios a que regrese a nuestras vidas y salones de clase?
En definitiva, no importa el número de guardias o sistemas de seguridad, nada podrá protegernos completamente del odio y la violencia, y por eso debemos orar a Dios por protección todos los días. Por desgracia, lo hemos echado a Dios fuera de nuestras escuelas públicas, y ya no se puede inclusive pronunciar Su nombre. Sin embargo, niños, maestros y padres se les debe posibilitar el hablar de Dios - ahora más que nunca - y recordase unos a otros que Él todavía es la máxima autoridad. Después de todo, es Dios quien creó a todos y cada uno de nosotros, y quien permanece cerca de nosotros cada día de nuestras vidas, ya sea que lo reconozcamos o no. Él habrá estado muy cerca de todos los niños y adultos que resultaron muertos, a quienes seguramente Él ya ha recibido con amor sincero.
Conocer esto hará poco para consolar el corazón de una madre afligida, sin embargo, es simplemente un hecho: sin Dios, aquellos de nosotros aún aquí nunca encontraremos conclusión ni la paz que todos anhelamos. Así entonces dejemos de tener miedo a Dios, y tornemos con fe y confianza para aceptarlo a Él y su mensaje de esperanza y perdón. Y aunque nos agobiamos de miedo - miedo bien justificado - vamos a guiarnos unos a otros con el mensaje de los primeros ángeles de Navidad: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos” (Lc 2:10).

Julia Valle
La verdad que la solución es Dios y solamente el puede arreglar los renglones torcidos que el hombre ha ido dejando en su afán de creer que no necita de nuestro Señor, debemos regresar a nuestro origen, el cual es construir nuestra casa sobre la piedra angular que es Cristo y no sobre arena, esta tragedia en Connecticut, puede repetirse no solo en los Estados Unidos, sino en otro país donde se ha dejado en el olvido la palabra , donde el dinero, el materialismo es el Dios, donde los seres humanos cada día se van deshumanizando, y los niños no reciben amor, ni atención de sus padres y crecen con ideas retorcidas por que nadie los formo en el amor y el respeto a la vida, espero que de esta terrible tragedia, fluya en todas las personas, el pleno propósito de hacer mejor las cosas y contribuir en hacer un mundo de bienestar para todos, y que nuestro guía sea nuestro Señor Jesus.