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    Consejos de un pastor de jóvenes

    por Johann Heinrich Arnold

    lunes, 18 de noviembre de 2019
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    Es un privilegio guiar a los jóvenes a Jesús, para mostrarles lo maravilloso que es el mundo de Dios, a pesar de la terrible impureza, corrupción y oscuridad de nuestra época. Para los jóvenes es sobre todo importante que su reverencia por Dios y su respeto por sus padres nunca se apague, incluso si pecan conscientemente.

    Los padres deben buscar una relación de confianza con sus hijos desde la primera infancia y no esperar hasta que surjan problemas, como a la edad de cinco o seis años. Si esperan demasiado tiempo, pueden ser capaces de conseguir una obediencia externa, pero no la respuesta interna y el respeto necesario para resolver problemas como la mentira, la indecencia y la desobediencia. Pero si se logra una relación de confianza y respeto, será imposible que un niño se resista a sus padres.

    Algunos jóvenes atraviesan períodos de desarrollo más difíciles que otros, y debemos tener cuidado de no ser demasiado duros y críticos con ellos. Lo más importante es guiarlos al arrepentimiento, a la conversión y a la fe. No creo que esto se pueda lograr por medio de un fuerte castigo. Mientras haya incluso una pequeña llama de reverencia por Dios y por los padres dentro de ellos, el camino a sus corazones permanecerá abierto. Sin embargo, si la última chispa de reverencia se ha extinguido en una persona joven, solo se puede luchar por su conversión a través de la oración. Debemos recordar que la conversión jamás se puede lograr mediante la persuasión.

    Nunca eres demasiado joven para dar tu vida a Jesús.

    De una carta: Nunca eres demasiado joven para dar tu vida a Jesús, y nunca eres demasiado joven para sentir su cercanía. Estoy agradecido de que quieras entregar todo a Dios y quieras ser humilde. Aférrate a este anhelo en medio de todas las luchas, sin duda las experimentarás en tu vida, porque no hay vida de discipulado sin necesidad ni lucha. Te deseo la protección de Dios en todo lo que vas a vivir. Que las manos traspasadas de Jesús te sostengan firmemente mientras te aferras con firmeza a él.

    De una carta: Es bueno darse cuenta de que seguir a Jesús puede costar mucho sufrimiento, y quizá hasta la muerte por su causa. En este sentido debes tomar una postura contra el mal que encuentras en el mundo, también en la escuela preuniversitaria. Entiendo muy bien que hay muchas cosas que te tientan, sobre todo en el área de la impureza. Pero si tomas una posición por Jesús, su luz clara te hará sentir repugnancia por todo pecado. Que Jesús te guíe cada día y que nunca te apartes de su voluntad.

    De una carta a un joven de 17 años de edad: Querido hermano, me alegro de que quieras comenzar de nuevo. Creo que has sido un joven muy orgulloso. Lee el Antiguo y el Nuevo Testamento, y verás cómo el orgullo impide que Dios hable al hombre y obre en él. Tu vida diaria ha girado en torno a ti mismo, aunque le agradezco a Dios que ahora quieras alejarte de tu egocentrismo. Sé un ejemplo de consagración y humildad, y sé testigo de Jesús en la escuela preuniversitaria. Esto es algo muy necesario en nuestros tiempos.

    De una carta a una niña con discapacidad:  Tienes un cuerpo débil, pero un alma que vive. Gracias a Dios por esto. Hay muchas personas en este mundo que tienen un cuerpo fuerte y un alma apagada. En realidad, todas las personas, aunque sean fuertes y saludables, dependen de Dios y de Jesús. Solo que a veces no se dan cuenta. Lo maravilloso es que tú lo sabes. Aférrate con firmeza a esto, y Jesús te guiará a través de todas las cosas.


    Extracto del libro Discipulado.

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    Contribuido por JHeinrichArnold Johann Heinrich Arnold

    Johann Heinrich Arnold, conocido por sus libros que han ayudado a muchos a seguir a Cristo en su vida diaria. Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre cabal que daba la bienvenida cariñosa a cualquiera persona abrumada, invitándola a tomar un cafecito y platicar.

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