four green holly leaves with red berries

Entonces dijo María: —Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Santo es su nombre! Lucas 1:46-49

Oh Señor Dios, con júbilo nuestros corazones van a ti y a tu revelación celestial, tu revelación del Espíritu, que puede llenar nuestros corazones, para permanecer firmes a lo largo de nuestra vida terrenal. Todavía hay tinieblas en la tierra; el pecado y la muerte mantienen su dominio, pero nosotros resistimos sin miedo y buscamos el arrepentimiento. A pesar de todos nuestros fracasos, acudimos a ti porque sabemos que eres nuestro Salvador. Tú nos envías a Jesucristo en tu propia gloria. El mundo se llenará de luz. Por doquier en el mundo, incluso entre quienes no te conocen, los sinceros de corazón reconocerán que tú, Padre de Cristo Jesús y Padre nuestro, eres Dios del mundo entero. Tú mostrarás tu gloria a todas las naciones para que se acerquen a ti, te adoren y caminen en la luz, para la gloria eterna de tu nombre. Amén.