holly

Hoy vivimos entre el temor y la esperanza. Pero Pablo nos recuerda la fe de Abraham: «Él creyó en esperanza contra esperanza». Y la esperanza sustentada en Jesús de Nazaret, es terca. y aunque tiempo es éste en que se vive por la esperanza. Todos nuestros planes minuciosos para un mundo mejor han sido hechos trizas o quedado tan plagados de borrones que difícilmente podemos reconocerlos. De nuevo exclamamos en nuestra aflicción: «Mas nosotros esperábamos que Él había de redimir a Israel». Y la misma Voz que antes habló, responde: «¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?». Entonces se ilumina nuestra mente y arde de nuevo nuestro corazón. Porque si el Camino a Enmaús es todavía nuestro camino, el Gran Compañero que transitó entonces por él, transita todavía, para guiar a los peregrinos de esta hora crepuscular a la gloria de un nuevo amanecer.