¡Ni toquemos asuntos que causen odio o discordia! Hemos de vivir como vivió Jesús. A todos ayudó Él, cuerpo y alma. No podemos asociarnos con nada que cause daño a gente. Siendo amigos de la paz debemos apartarnos de toda práctica comercial y de toda actividad política que no es conforme a lo que desearía Jesús. Nuestra vida entera debe ser dedicada al amor. Nuestra vocación no consiste en usar la fuerza del gobierno, sino en vivir la vida de Jesús, que únicamente amó y nunca quitó la vida de nadie.


Fuente: La revolución de Dios