Te ruego esperar por Dios tranquilamente, sin ser tan religioso. Es mejor no tener nada que mostrar por tú mismo y esperar por Dios que estar puliendo tu piedad. No te volverás impío por esperar a Dios. Al contrario, la verdad de la causa de Dios crecerá en tu corazón, y eso es lo único que cuenta. Una palabra verdadera en diez años es más preciosa para Dios que un sermón diario. Tu sinceridad es lo que importa. Un solo momento, genuino, tiene consecuencias mucho más grandes en el reino de Dios que mil prácticas religiosas.


Fuente: Ihr Menschen seid Gottes!