Una razón por la que muchos cristianos no consiguen nada es: porque no comparten con otros. Ellos están satisfechos con los logros actuales, en lugar de crecer en gracia. Nosotros no somos la fuente; nosotros somos sólo un canal a través del cual fluye la gracia de Dios. No hay solamente uno de nosotros a quien Dios quiere usar en construir Su reino. Ese muchacho pequeño, aquel hombre canoso, estos jóvenes varones y estas jóvenes señoritas; todos son necesarios: y hay un trabajo para todos. Queremos creer que Dios tiene suficiente gracia para capacitarnos para salir y trabajar para Él.


Fuente: La gracia soberana